lunes, 4 de junio de 2012

Todo un símbolo

El Rey Juan Carlos ha iniciado un viaje oficial al Brasil en el que está acompañado por algunos de los más poderosos empresarios españoles, entre los que se encuentran el presidente del Banco Santander, Emilio Botín; el de Iberdrola, Ignacio Galán; Repsol, Antonio Brufau; Telefónica, César Alierta; Endesa, Borja Prado; o Indra, Javier Monzón. A su llegada a Brasilia, capital de Brasil, el rey ha sido recibido por estos empresarios y me ha llamado la atención que Emilio Botín se ha presentado ante el monarca con un polo rojo y unos pantalones bermudas del mismo color.

¿Se imaginan qué habría pensado, ya no Emilio Botín, sino cualquier responsable de Recursos Humanos de su banco si alguien se hubiera presentado a una entrevista de trabajo vestido con bermudas? Posiblemente llegarían a la conclusión de que al aspirante se la suda conseguir o no el empleo y que alguien que acude a una entrevista profesional con un vestuario tan de andar por la playa muestra poco respeto por sus entrevistadores.

El atuendo lucido por Emilio Botín es un símbolo de la percepción que aún tienen muchos grandes banqueros españoles. Saben que son los putos amos, que pueden hacer lo que les dé la gana, porque si la pifian, no sólo no van a tener que rendir cuentas más allá de las siempre controladas juntas de accionistas, sino que además el Gobierno va a acudir solícito a ayudarles si les vienen mal dadas.

Este viaje a Brasil está programado para asegurar la presencia de la potencia continental en la cumbre iberoamericana que se va a celebrar en Cádiz el próximo mes de noviembre. Pero, además, con la misma se pretende estrechar lazos económicos entre España y el país sudamericano. Espero que la imagen del saludo de Botín al Rey no sea muy difundida en Brasil, porque la percepción de España que van a tener el Gobierno y los empresarios brasileños es la de un país de cuarta división


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